Fotos de Ricardo

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domingo, 24 de abril de 2011

Matías y su telescopio

Andaba el niño Mati, cuarentón y de huevos negros,  buscando el mejor sitio para disfrutar de su nuevo juguete. No importaba si hacía frio o calor, al menos no había nubes e iba a poder disfrutar de su  telescopio para ver las estrellas y las galaxias   ( ¡que buscas Mati?).
Matías estaba, por fín, a punto de comenzar otro reto: montar, entender y hacer funcionar un nuevo juguete que le haría volver a ser un niño una vez más. Con la paciencia necesaria, de la cual andaba sobrado, consiguió hacer andar el  aparatito.............. y allí estaban............................ toda la vida esperando a que Mati las visitara: Casiopea, Andromeda, la Osa Mayor y, como no, la estrella sobre la que el resto giran, Polaris.
Todo transcurría en paz y sosiego cuando Mati escuchó el llanto de una niña a su lado. Era Venus (no se podía llamar de otra manera), una niña entrada en años que ocasionalmente no quería ser mayor.
 Por que lloras hoy Venus? (Venus lloraba de vez en cuando). Porque no me quieres....¿como dices eso, por qué no te he de querer?. Porque te gustan las estrellas y yo soy solo un planeta. Al principio Mati se irritó porque no comprendía el enfado de la niña, porque era un enfado realmente.
 Enseguida comprendió que solo quería un poco de amor.
Niña, no te das cuenta que aunque no tengas luz propia como las estrellas, reflejas la luz del sol para alumbrarme con más intensidad que sirio, la estrella que más brilla. No ves que a pesar de no crear figuras caprichosas eres la más hermosa del firmamento que hasta nombre de mujer tienes. No  ves que te busco cada día a mi lado cuando amanezco y al atardecer. A tí no te tengo que recordar, porque no eres el pasado, eres el presente, el día a día.
No te das cuenta, mi pequeño lucero, que te quiero......
Venus y el niño se miraron, ya no hacía falta decir nada más. Se dieron la mano y siguieron haciendo camino.
El continuó, como cualquier otro niño, mirando las estrellas durante un tiempo. Ella le alumbraba cuando se perdía y no sabía volver.

5 comentarios:

  1. Que tal tito,

    primero darte las gracias por dejarnos leer tan bellas líneas en tu blog, pero realmente estoy bastante decepcionado contigo...
    Ya no podre decirte ´más "El suave" has demostrado sobradamente tu coraje y decisión para afrontar todo lo que has vivido en tu camino.
    No soy nadie para dar consejos, pero uno siempre se arrepiente de lo que ha dejado de hacer, a si que tu sigue adelante aunque te equivoques pq solo se vive una vez.
    Ya sabes como soy (otro suave y llorón) y lo que más me emociono de tu bloq fue cuando nombrabas al Abuelo. Es una persona que le echo mucho de menos y siempre que lo recuerdo es inevitable que mis ojos se enrojezcan y se llenen de lagrimas (como ahora). Siempre que estoy mal, me acuerdo de él para que me de fuerzas y yo creo que me ayuda, allá donde este, TE QUIERO ABUELO.
    Me alegra mucho esta oportunidad que brinda el destino, aunque siempre he creído que el destino se lo crea uno mismo con todo lo que hace en su vida y tu te lo mereces.
    Espero que no pase tanto tiempo para saber de ti, intentaré escribir en tu blog o por email.

    Hazme un favor, NO CAMBES NUNCA, la gente como tu escasea, y como diría la canción de Mecano: "andamos justos de genios..."

    Un beso

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  2. Precioso, no sabia k escribieras tan bien, pero mis ojos me demuestran k si...

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  3. Jooo Ricardito, me has hecho llorar, será que estoy sensible... o será la añoranza de aquellos maravillosos años.... pero bueno, cada momento tiene sus cosas bonitas; vive ahora el tuyo!!
    Muchos besos y gracias por permitirme estar.

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